Al aceite de coco se le atribuyen innumerables beneficios para la salud, principalmente por sus propiedades antibióticas, antivíricas y antifúngicas.
Tradicionalmente se han considerado los aceites vegetales, los idóneos para controlar los niveles de lípidos en parámetros adecuados y mantener una buena salud cardiovascular; específicamente los de oliva y girasol.
El motivo es que sus ácidos grasos son insaturados, mientras que la grasa de origen animal es saturada. Se aconseja limitar sobre todo animales con temperatura corporal mayor que la nuestra porque su grasa se solidificará en nuestro torrente sanguíneo.
Sin embargo, la grasa del pescado recorre nuestras arterias sin depositarse en ellas.
Respecto a las grasas vegetales, no todas son insaturadas. Una cucharada de aceite de coco, tiene 14g de grasa, de los cuales 12g son saturadas. Pero sabemos que no todas las grasas saturadas son iguales. La del pescado es una prueba de ello.
La grasa de coco está formada por ácidos grasos de cadena media, que son utilizados por el cuerpo directamente para producir energía, en lugar de acumularse, como ocurre con la grasa de la carne, de manera que es menos probable que se almacenen, pero aun así la palabra clave a la hora de consumirlas es la moderación.
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El coco, tiene un alto contenido en proteínas y bajo en carbohidratos. Aporta vitaminas del complejo B y minerales como el calcio y el magnesio. Para garantizar este aporte, es importante, que el aceite de coco sea natural.
Otras versiones utilizadas en repostería y aperitivos, suelen ser de grasa de coco hidrogenada, poco recomendable porque entre otros perjuicios, aumentan el colesterol malo y disminuyen el bueno.
Sin embargo, en las poblaciones tropicales, consumidoras habituales de aceite de coco natural no se ha detectado una mayor incidencia de afecciones cardiovasculares.
En estudios recientes se ha comprobado que el aceite de coco, puede incluso, mejorar los niveles de colesterol, que aplicado en programas de adelgazamiento, favorece el gasto energético y la pérdida de peso. También se le atribuye una acción antinflamatoria e hipoglucemiante.
Por su capacidad hidratante, antioxidante y remineralizante, este alimento se está utilizando cada vez más, también como cosmético natural.
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REFERENCIA:
- Krause. Nutrición y dietoterapia . Edición 10. Mcgraw-hill / interamericana de México, 2000.
- http://www.dietametabolica.es/coco.htm
- http://www.botanical-online.com/coco_propiedades_medicinales_del_coco.htm